¿Puede la Inteligencia Artificial ‘made in Africa’ ayudar a Kenia a combatir la deforestación?

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¿Puede la Inteligencia Artificial ‘made in Africa’ ayudar a Kenia a combatir la deforestación?

La deforestación en Kenia representa una problemática ambiental de gran magnitud, con la pérdida de unas 400,000 hectáreas de bosque entre 2001 y 2023, lo que equivale al 12% de su cubierta forestal. Entre las causas principales se encuentran la agricultura, tanto de subsistencia como industrial, la ganadería, la producción de carbón vegetal y los incendios forestales, agravados por el cambio climático. Estos factores no solo impactan la biodiversidad y el almacenamiento de carbono, sino que también afectan directamente la seguridad alimentaria y el suministro de agua, dado que los árboles son esenciales para regular el ciclo del agua, prevenir inundaciones y evitar la erosión del suelo.

Para abordar esta crisis, las soluciones tecnológicas, especialmente las basadas en inteligencia artificial (IA), están jugando un papel crucial. Una de las iniciativas destacadas es el desarrollo de dispositivos M-Situ, creados por una empresa keniana del mismo nombre. Estos dispositivos, instalados directamente en los árboles, utilizan IA para detectar actividades como la tala ilegal o los incendios forestales, enviando alertas inmediatas a los guardabosques del Servicio Forestal de Kenia. Un programa piloto implementado en el bosque de Ngong logró reducir la tala ilegal en un 47%, lo que demuestra el impacto positivo de estas tecnologías.

Por otro lado, el programa Regreening Africa, liderado por el Centro Internacional de Investigación Agroforestal (ICRAF), utiliza una aplicación para promover la restauración de suelos y la reforestación. La herramienta recopila datos directamente de los agricultores sobre la vegetación y el estado del suelo, ofreciendo recomendaciones personalizadas sobre especies de árboles y técnicas de restauración. Este enfoque no solo ayuda a mitigar la deforestación, sino que también mejora la productividad agrícola. Por ejemplo, agricultores como Thomas Ochuka han logrado duplicar su producción de maíz tras implementar las técnicas recomendadas por la aplicación.

Un aspecto crucial en estas iniciativas es la apuesta por la tecnología local. M-Situ fabrica las placas base de sus dispositivos en Kenia y utiliza impresoras 3D para su ensamblaje, reduciendo costos de importación y fomentando la innovación y el empleo local. Solo ciertos componentes, como los paneles solares y algunos sensores, son adquiridos en el extranjero. Este enfoque no solo fortalece la industria tecnológica keniana, sino que también demuestra cómo la innovación local puede ser una herramienta poderosa para abordar problemas globales como la deforestación.

A pesar de los resultados prometedores, estas tecnologías enfrentan desafíos. Por ejemplo, algunos dispositivos M-Situ han sido manipulados por animales, lo que puede afectar su funcionamiento. Sin embargo, los avances logrados hasta ahora muestran que estas limitaciones pueden superarse mediante ajustes técnicos y diseño innovador. Además, la colaboración entre empresas, comunidades locales y el gobierno es fundamental para maximizar el impacto de estas soluciones.

Los programas piloto han tenido resultados concretos. En el caso de M-Situ, se han protegido aproximadamente 1,500 hectáreas del bosque de Ngong, mientras que la aplicación Regreening Africa ha ayudado a conservar unas 1,000 hectáreas de bosque al año. Estas cifras, aunque significativas, representan solo el comienzo de lo que se podría lograr con una mayor adopción y expansión de estas tecnologías.

Mirando hacia el futuro, la inteligencia artificial ofrece oportunidades únicas para enfrentar la deforestación de manera sostenible. Ampliar la implementación de dispositivos y aplicaciones similares puede marcar la diferencia en la protección de los bosques y la biodiversidad de Kenia. La clave estará en seguir desarrollando tecnologías adaptadas a las necesidades locales y en fomentar alianzas estratégicas que combinen recursos públicos, privados y comunitarios.

En resumen, la deforestación en Kenia es un desafío complejo, pero la integración de tecnologías basadas en inteligencia artificial está abriendo un camino hacia soluciones más efectivas. Estas iniciativas no solo ayudan a preservar el medio ambiente, sino que también promueven la innovación tecnológica y fortalecen las economías locales. Con el apoyo adecuado y un enfoque colaborativo, Kenia tiene la oportunidad de liderar con ejemplo en la lucha contra la deforestación y en la implementación de prácticas sostenibles.


Para obtener más información sobre la deforestación y la inteligencia artificial, consulte EL PAÍS.

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